Las cooperativas ayudan a construir economías y sociedades incluyentes

Hoy la OIT tiene el placer de conmemorar, junto con la comunidad internacional, el Día Internacional de las Cooperativas . El tema de este año, “Las cooperativas garantizan que nadie se quede atrás ”, se basa en los principios rectores de la Agenda 2030 de las Naciones Unidas para el Desarrollo Sostenible y responde al compromiso de no dejar a nadie atrás. Las cooperativas, con su enfoque en las personas y fundadas en la solidaridad y la titularidad de sus miembros, reúnen las condiciones idóneas para vehicular sociedades y economías más incluyentes. El trabajo —y, más concretamente, el trabajo decente— es un mecanismo fundamental para la inclusión y la justicia social. Lograr que el trabajo decente sea una realidad para todos forma parte integrante de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas: eso significa prestar una atención especial a la situación de las mujeres y los hombres trabajadores que corren riesgo de exclusión y pobreza, en particular, las personas con discapacidad, los pueblos indígenas, los migrantes y los refugiados.

“Las cooperativas podrían desempeñar un papel importante en las iniciativas destinadas a eliminar el trabajo infantil, el trabajo forzoso y la discriminación en el trabajo.”

Ya existen abundantes datos empíricos sobre la capacidad de las cooperativas para promover la equidad y la inclusión. Las cooperativas de productores y de servicios de pueblos indígenas, por ejemplo, han hecho posible que sus miembros se aseguren un medio de subsistencia, creen empleos decentes y accedan a los mercados. Al mismo tiempo, las cooperativas han contribuido a que sus miembros preserven sus conocimientos tradicionales e incrementen la sostenibilidad ambiental, facilitando asimismo la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres. Las mujeres y los hombres con discapacidad, así como los migrantes y los refugiados, también se han beneficiado de la capacidad de las cooperativas para facilitar su inclusión en el mundo del trabajo y su integración en la sociedad en general. Las empresas cooperativas desempeñan un papel cada vez mayor en la prestación de cuidados de calidad para la tercera edad y de atención ambulatoria y a domicilio para las personas con discapacidad y los enfermos crónicos. En la economía informal, las cooperativas han ayudado a los trabajadores a obtener acuerdos de empleo formales y mejores condiciones de trabajo, mediante un mayor poder de negociación. Los trabajadores domésticos, por ejemplo, a través de la organización cooperativa, han logrado mejorar sus condiciones de trabajo en todas las regiones del mundo. Sin embargo, todavía queda mucho camino por recorrer para aprovechar plenamente el potencial de las cooperativas, potencial que en algunos ámbitos prácticamente ni se ha explorado. Las cooperativas podrían, por ejemplo, desempeñar un papel importante en las iniciativas destinadas a eliminar el trabajo infantil, el trabajo forzoso y la discriminación en el trabajo. Para superar los desafíos multidimensionales que presenta la inclusión, es necesario reforzar la cooperación y establecer alianzas de colaboración. En respuesta al llamamiento de la Alianza Cooperativa Internacional  y aprovechando las ventajas que ofrecen las cooperativas, aunemos nuestras fuerzas para aplicar la Agenda 2030 y asegurémonos de que nadie se quede atrás.

 

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