Quizás para muchos no tenga mayor trascendencia el contenido de esta columna, sin embargo sé que muchos cozumeleñ@s si saben de que estoy hablando y me darán la razón.

Hace aproximadamente treinta años más o menos si es que la memoria no me falla, los cozumeleños empezamos a disfrutar del servicio de cruce de barco en la ruta que actualmente conocemos, o sea, de Cozumel a Playa del Carmen y viceversa.

Mucho antes de que esto fuera así, para poder salir de la isla teníamos que aventarnos una verdadera travesía similar a la que en sus tiempos vivieron los piratas del Caribe.

El servicio de transporte se hacía en barcos de madera entre los que se encontraban: el matancero, el Claudio Canto, el vagabndo, el Fernando. Embarcaciones en las que veníamos acomodados de la siguiente manera: un pasajero, una caja de verdura, un tambor de petróleo, un cochino, un pavo, una caja de refrescos y así se repetía por todo lo ancho y lo largo de la embarcación, o sea, en el mismo barco viajábamos las personas y la carga para la isla.

este transporte tardaba horas y si no mal recuerdo, al menos en mis tiempos, salía desde Puerto Juárez y después empezó a salir de Puerto Morelos.

pues bien, un buen día, cuenta la leyenda política que el ex gobernador Jesús Martínez Ross reunió a los empresarios cozumeleños y les dijo que se iba a abrir la ruta como ahora la conocemos y dicen también que los de la lana de la isla no quisieron meterle para dar este tipo de servicio y llegaron los que durante décadas han vivido del beneficio de la isla a la cual han hundido económicamente ya que son los que tienen acaparado actualmente todo el mercado turístico que llega por los cruceros y si no me cree investíguele.

En aquel entonces los cozumeleños teníamos solamente tres oportunidades de cruzar a la zona continental, la primera salida de Cozumel era a las 4 de la madrugada y la última salida de playa del Carmen era a las 8 de la noche si no mal me acuerdo.

Los autobuses que venían de Mérida y de Chetumal llegaban a playa del Carmen unos a las doce de la noche y otros a las cuatro de la mañana, lo que significaba en muchos casos quedarse a la intemperie, sufriendo el frio de la madrugada y en múltiples ocasiones bajo la lluvia que azotaba a playa sin que hubiera algún solo lugar para guarecerse esperando que a las cinco de la mañana saliera el primer barco a la ínsula.

Playa del Carmen en esa época dependía políticamente de la isla ya que era solamente una delegación y muchas personas se quejaban con las autoridades municipales de este problema que se vivía todos los días.

en esa época, cuando los diputados eran verdaderos representantes populares y gestores sociales, la maestra goyita según recuerdo, realizo las gestiones para que se construyera una palapa para que los que esperaban la salida del barco pudieran guarecerse

las gestiones dieron resultado y vimos como con recursos del propio ayuntamiento se construyo la palapa que ahora no existe ya que esta área le fue concesionada-vaya a saber por quien- a un grupo de veracruzanos que son los dueños de la empresa navega y en la cual no dudo que aparezca como accionista algún ex gobernador de nuestro estado quienes resultaron ser los ganones de un espacio que tenía un sentido social

Así fue como una necesidad social que fue satisfecha por los políticos de esa época fue relegada por los políticos actuales que sin más ni mas otorgaron esa palapa para que quienes ni siquiera son del estado la exploten y los cozumeleños se sigan jodiendo ya que para poder guarecerse hay que pagar un derecho de uso de ese espacio que fue patrimonio de los cozumeleños.